martes, 22 de enero de 2013

LOS BIZCOCHOS DE LAS MARROQUÍES DE ECIJA

Elaborados por las monjas Concepcionistas Franciscanas
 en su Convento de la Santísima Trinidad
Desde mediados del siglo XVII, son conocidos y con gran fama esta especialidad de dulce.
Los exquisitos y frágiles Bizcochos maroquíes de Écija son de los más demandados en la feria de dulces de convento que se da cita cada año en Bilbao en el mes de mayo desde hace nueve años se dan cita en un mercado de repostería y artesanía en los monasterios de clausura.
cofrades.pasionensevilla.tv
Tanta es su fama, que la concejalía de Cultura va a solicitar a la Dirección General de Bienes Culturales de la Junta que apruebe la petición de declarar los célebres bizcochos marroquíes actividad de interés etnológico para mantener en Écija la receta de estos dulces de convento y no se pierda en el hipotético caso de que la orden de las concepcionistas franciscanas abandone la ciudad.
Quedan solamente dos monjas concepcionistas franciscanas, y ambas son octogenarias. La mayor parte de las religiosas del convento son de otra orden religiosa, trinitarias, y vienen, en su mayoría, de América Latina.
Si se pierde la orden de las marroquíes, se pierde la receta de sus célebres bizcochos, a no ser que la Junta de Andalucía apruebe su calificación como actividad de interés etnológico. Esa declaración patrimonial supone que, el día que falten las monjas marroquíes, si se van de la ciudad las trinitarias americanas que ahora comparten el convento con ellas, tienen forzosamente que entregar la receta a otro convento de Écija.
Así, la receta de “azúcar, huevos, almidón de trigo y la gracia de Dios” con que resumen las marroquíes los ingredientes de sus bizcochos, se quedaría en Écija.
Pero he encontrado la receta (almenos de algo muy similar) en el blog cocinavintage.blogspot.com.es...peligrará el secreto?
Bizcochos MARROQUÍES
Para el bizcocho:
230 gr. de azúcar
12 yemas de huevo
1 huevo entero
58 gr. de almidón tostado (maicena tostada en una sartén bien seca)
Para glasear:
460 gr de azúcar
Agua
Canela o cacao, al gusto (opcional) El bizcocho se hace en dos tiempos: se bate la clara del huevo con el azúcar y se levanta con unas gotitas de limón, se le añaden entonces todas las yemas de huevo batidas y se va envolviendo. Se calienta suavemente (mejor al baño maría para no estropear las yemas) y antes de que cuaje se retira. Aquí dice la receta que hay que añadir otro huevo, pero no está en la lista de ingredientes. Hay que volver a batir y entonces, poco a poco, se le añade la harina de maíz tostada.
Es el momento de forrar un molde con papel de cocina o papel parafinado, volcar la masa, meter en el horno con los fuegos de arriba y abajo encendidos y esperar a que cuaje.
Se sacan, se desmoldan y se glasean.
La glasa no tiene ningún misterio: azúcar, agua, fuego y que no se "empanice".
Este bizcocho es muy cremoso (casi no es bizcocho), de un espectacular amarillo intenso, y ligeramente tostado por fuera. Se tienen que conservar en el frigorífico, pero duran muy poco tiempo.
 

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